domingo, 29 de mayo de 2011

Museo Miguel de Santiago

El museo ubicado en la Iglesia de San Agustín está dividido en tres salas que contienen representaciones religiosas de los siglos XVII, XVIII y XIX. La fachada de San Agustín está hecha de piedra donde se destacan las esculturas y las columnas dóricas. La construcción es renacentista, simple y elegante. En el convento podemos ver los dobles arcos de medio punto.
La primera Sala contiene obras de importantes representantes como: Goribar, de la Cruz y algunos de los alumnos de Miguel de Santiago. El tema central del museo es religioso, por ello encontramos la preponderancia del color azul, rojo, blanco y dorado, muy característicos del catolicismo. La representación de santos y religiosos es muy común y San Agustín posee algunos de ellos como: San Gregorio, San Jerónimo, el mismo San Agustín y San Ambrosio; estos realizados por Bernardo Rodríguez. Otra de las obras más representativas de esta sala es Santa Rosa de Lima realizada por un autor anónimo. Es común encontrar autores anónimos ya que todos pertenecían a la Escuela Quiteña y las obras eran para Dios y no se espera fama o fortuna de ellas.
Dentro de esta sala hay tres esculturas: El Niño, San Miguel y San Rafael. Son hechas de madera y las técnicas trabajadas son el estucado, el policromado y se introducen los ojos de vidrio para darle un aspecto más real a la obra.
En la segunda sala encontramos con mayor detalle las diferencias y la evolución del arte con el pasar de los siglos. Por ejemplo la escultura de San Pedro tiene características del siglo XVII en el que se usa mucho el pan de oro en vestimentas y ornamentos. Los ojos son pintados y se usan técnicas como el encarnado. Las manos y el rostro son las piezas centrales y se las hacen toscas y expresivas para evocar los sentimientos del espectador.
En el siglo XVIII el trabajo era más estilizado. Se implementan los ojos de vidrio, el bruñido que es el brillo que se obtiene de la vejiga del cordero. Se estudia la anatomía y se la hace más proporcional. En el museo existen dos esculturas con estas características la de San Gabriel y Cristo resucitado. En el Siglo XIX, el material usado es el yeso y los ojos varían dependiendo del material empleado. También encontramos algunas pinturas como “Visita de Cristo a San Agustín” pintado por el mismo San Agustín. Además existen siete cuadros que describen al santo. 


Por último, en la tercera sala encontramos un Cristo yacente. Esta escultura tiene el tamaño de una persona adulta. Es una imagen muy real que conjuga dolor y sangre, es expresiva y repulsiva. Con esta imagen podemos ver la pasión y el detalle que pone el artista para impactar. En esta misma sala se encuentran unos artefactos muy peculiares y únicos de San Agustín. Los tenebrarios son elementos funerarios de uso exclusivo por la comunidad religiosa. Poseen en ellos iconos de la jerarquía católica como la de los papas, obispos, sacerdotes y cardenales, también están los cráneos y espejos. 
 
En mi opinión San Agustín posee una importante porción de cultura e historia. En él se encuentran de manera clara y detallada la evolución del arte de la Colonia. Creo que está muy bien organizado y las obras que contiene son únicas de patrimonio ecuatoriano. Es clara la influencia que posee el arte en las personas ya que esculturas como la del Cristo Yacente nos hacen considerar nuestros actos, porque de haber un Dios así, penitente y sacrificado las personas cambiarían su comportamiento.

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