Museo de San Francisco "Fray Pedro Gocial"

Este museo está ubicado en el Centro Histórico de Quito  y es la casa de la Escuela Quiteña. La Escuela Quiteña es donde la mayor parte de la producción de arte de la Real Audiencia de Quito se manifestó y diseñó. La escuela fue fundada por el Fray Pedro Gocial y por  el Fray Jodocko Ricke, durante la colonia. Ambos fundadores eran sacerdotes franciscanos.

Se dice que este complejo arquitectónico era el palacio de Huaynacapac, los españoles al llegar tomaron el lugar y edificaron su iglesia en señal de imposición de una nueva forma de vida y creencia. La edificación no puede ser elevada por los numerosos sismos, por esta razón los españoles tomaron la forma de construcción inca para poder edificarlo.

 

Aparte del museo también podemos encontrar la Iglesia de San Francisco en este complejo colonial. La iglesia se caracteriza por tener un retablo de tres cuerpos y tres calles decorado con pan de oro y un zócalo de piedra. En el nicho central se encuentra la Virgen de Legarda. Tiene un Evangelio en el lado derecho y una Epístola en el izquierdo. El coro de la iglesia posee talla en varios relieves y las esculturas de los santos penitentes. En lo que respecta a escultura, podemos destacar el bulto de San Francisco, hecho con técnicas como el estofado y encarnado.

Durante la época colonial, el trabajo indígena en la producción artística desembocó en un sincretismo, que caracteriza a la creciente cultura y población mestiza entre culturas europeas e indígenas. Esta combinación tan discreta permite ahora conocer como los indígenas inclusive en las más precarias y brutales condiciones por parte de los españoles se manifestaron y guardaron su cultura bajo las narices de los españoles.

El museo posee una recopilación de las corrientes artísticas que surgieron en España, la cual se vio beneficiada por la cantidad de riquezas robadas del Nuevo Mundo.  

A lo largo de la exposición  se puede observar prominencia de las pinturas y esculturas de carácter religioso.  Dentro de la iconografía cristiana podemos encontrar fantasía y creencia en un mundo supremo. Existe también, jerarquización ante la presencia de santos y la de Dios.

Virgen de Quito

 

Dentro de las esculturas,  el Jesús del Gran Poder es un ícono primordial de la imaginería ecuatoriana. Un dato interesante es que las representaciones hechas por los indígenas tienden a ser mucho más sangrientas, pálidas y crudas, de esta manera podemos entender la medida en la que el miedo que infundieron los españoles se enraizó en el pueblo indígena. Otra escultura muy importante de esta época es la de La virgen de Quito hecha por el quiteño Bernardo de Legarda, representante de la escuela quiteña que tiene muchas representaciones que ahora son características del Ecuador. 

Jesús del Gran poder

 

Corrientes como el barroco, rococó, renacentista y manierista pueden ser apreciadas en esta exposición. Los claros oscuros, tanto en pintura como escultura son preponderantes en la galería. En la imaginería podemos destacar cuatro técnicas: el esgrafiado, grafiado, estofado y chinesco.

Aquí podemos observar la presencia de artistas mestizos que con una realidad distinta cambian la forma de  ver el arte y el Dios que impusieron los españoles. Todas las expresiones de arte son didácticas para enseñar el dogma católico a los indígenas.

En mi opinión, el Museo Franciscano posee una importante recolección de arte colonial. Mediante esta recopilación podemos entender y analizar cómo se dio  el proceso aculturativo de los indígenas. Es importante destacar el sincretismo de este lugar ya que con él, se puede ver que la cultura indígena no fue aplacada completamente. Muchos elementos de su fenotipo son claros en las esculturas. En lo que respecta a pintura, se la ve desde un punto de vista español y se hace claro la importancia y poder que tenía la Iglesia en esta época. Todo el arte colonial presenta a Dios como un ser inmaculado, modelo que las personas deben seguir para entrar en el reino de los cielos. En lo personal me gustó mucho las esculturas ya que causan impacto y se ven muy reales, exaltan miedo, temor y lástima de un Dios sacrificado.